1.
Lutero
provenía de una familia de humilde origen e infancia dura y dolorosa cuyo
efecto causaba en su inocente e impresionable persona una cicatriz que hubo de
rematar la sucesión de una serie de incidentes violentos que casi terminaron
con su maltrecha vida. Dichas tribulaciones sirvieron al piadoso Lutero para
quedar convencido de que su salvación estaba en Erfurt: convento de los
agustinos. Pero allí no encontró la paz deseada; al contrario, halló a un “juez
severo y terrible”, al “terror y la duda”.
2.
Lutero
fue llamado a proseguir sus estudios de teología por el vicario general de los
agustinos, Staupitz, y en 1510 ya era bachiller formado en teología. A finales
de este mismo año viaja a la Roma del papa Julio en donde empieza a ser
consciente de los abusos, las simonías y la inmoralidad de la cristiandad.
Staupitz, ahora subprior de los agustinos de Wittemberg, le obliga a pasar en
1512 su licencia en Teología con lo que conseguirá ejercer de profesor,
ocupación que le llevará treinta años de su vida.
3.
Según
indica Lucien Febvre en este libro, Lutero manipuló su biografía con tal de
mostrarse mucho más modesto y humilde de lo que fue, pues sus padres no eran
tan pobres ni el fue tan desgraciado como pretendía hacer ver.
4.
También
se afirma en este ensayo, que Lutero mantuvo una lucha interna continua que le
llevó a desarrollar las famosas tesis que trascenderían en esa inesperada
reforma protestante. “La carne se hallaba en perpetua rebeldía contra el
espíritu” según expone Febvre.
5.
Se
trataba de una obsesión sexual; era imposible alcanzar la pureza absoluta con
lo que el hombre estaba demasiado lejos para acceder a Dios.
Internado en el convento, Lutero trata de
lograr su salvación mediante el cumplimiento de obras meritorias, asunto que le
supone un gran desaliento sumergiéndose en una crisis tal que llega a la
convicción de que esa lucha era en vano; “el deseo se muestra invencible y el pecado
permanente”.
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